Todo empezó en 2018, en un pequeño garaje, con un horno, dos hermanos y una obsesión: hacer la mejor pizza napolitana del país.

Rodrigo y Roberto Archer no tenían un gran restaurante ni un equipo masivo, pero sí un sueño claro: honrar la tradición italiana con ingredientes impecables y una técnica sin atajos.
Lo que comenzó como un experimento, rápidamente se convirtió en un culto. La gente probaba una pizza, luego otra, y otra… y no había vuelta atrás.

Con masa fermentada por 48 horas, un horno a 485°C y una comunidad de clientes fieles, Nomad Pizza dejó de ser un secreto bien guardado para convertirse en un referente.
Hoy, con un espacio más grande y un menú más ambicioso, seguimos siendo los mismos: apasionados, obsesionados con la calidad y convencidos de que una buena pizza puede cambiarlo todo.